El señor de Lordemanos (Miguel Ángel Badal)

Libro: El señor de Lordemanos.
Autor: Miguel Ángel Badal.
País: España.
Editorial: De librum Tremens.

Se trata de la primera novela de este autor que ya había publicado relatos históricos algunos de los cuáles resultaron ganadores en diversos premios.

Está prologada por Miguel Romero y se ambienta en la Galicia Medieval donde Cresconio obispo del Santo Lugar donde se guarda a Santiago, se debate entre turbios pensamientos pensando que los habitantes de Lordemanos pueden saquear su diócesis y profanar el Santuario Sagrado de Santiago.

En la introducción al capítulo uno el protagonista ya sueña que está muerto y que tiene gente alrededor velándole. Se ve en una caja de madera, elevado a los cielos y volviendo porque tiene que volver a vivir.

En el capítulo primero se narran las vicisitudes que pasa hasta llegar a Lordemanos, una villa ocupada por los bárbaros del Norte, los vikingos, y donde según él todo lo que comercializan es robado o saqueado. Este viaje lo realiza para entrevistarse con  el señor de esta villa y tratar de conseguir un acuerdo de paz.

En el capítulo dos recuerda el levantamiento de armas contra el rey Vermudo del cuál se considera fiel servidor y sus luchas contra los vascones, origen de la llegada de los bárbaros del Norte, ya que eran los únicos capaces de vencer a los vascones, pero estos bárbaros dan su apoyo a cambio de quedarse con ciertos territorios como Lordemanos.

Por Turstino saben del desembarco de más bárbaros y de la próxima llegada de más, así como de las rivalidades entre las diferentes tribus. Fredario uno de sus siervos le cuenta que los bárbaros pretenden profanar la tumba de Santiago y uno de los nativos las pretensiones de sus rivales.

El señor de Lordemanos le permite hablar de Cristo y consigue la atención de alguno de los presentes y hasta nuevos miembros de la fe católica.

Observa los rezos de los cristianos de Lordemanos y bautiza a Turstino y a dos esclavas antes de abandonar la localidad. Tiene una agria discusión con el señor de Lordemanos por culpa del bautizo de algunos de sus hombres.

Parten hacia Compostela pero antes se juntan con normandos cristianos. Se alojan en la casa de un excomulgado que les recuerda tragedias que significan el fin de los tiempos. El normando muestra a Crecenio unas armas que le aterrorizan ya que al parecer la poseen los navarros, que pretenden reinar en Galicia.

Cuando llegan a Luco se enteran que en la costa han desembarcado hombres de cincuenta barcos con lo cuál es imposible hacerles frente.

Desconfia por ello de Ulfo y le inquietan las palabras de Turstino alentando sobre la llegada de más hombres. Escribe por ello a todos los obispos y abades alentándoles del peligro. Una mujer le cuenta los destrozos de Ulfo y le dice que se ponga al frente de las tropas defensoras para derrotarle.

En el último capítulo describe la batalla final entre los Lordemanos y los nativos. En dicha batalla muere Torvaldo pero temen que Ulfo haya huído. Cresconio oficia una misa en la ciudad del Apostol que crea una gran expectación.

Describe su lucha con uno de los paganos al que da muerte y el milagro que se produce en las costas cuando una tormenta hace que cuatro de los seis barcos lordemanos perezcan y dos huyan entre sus brumas.

Todos los capítulos menos el octavo comienzan con un pasaje del Apocalipsis, ejemplo de como se vivía la religión por aquella época y de como pensaban que el fin de los tiempos estaba al caer y que serían los lordemanos los que acabarían con ello.

Acaba el libro con una nota del autor sobre los hechos históricos relacionados con el libro y con una pequeña nota biográfica sobre los personajes reales que aparecen, así como los topónimos antiguos y el glosario.

Se trata de un libro muy bien documentado que nos ayuda a conocer una parte de la historia medieval desconocida para nosotros, como es la presencia de vikingos en Galicia.